Edgardo de Bortoli

1969 | Lincoln, Buenos aires, Argentina

Desde chico me sentí inexplicablemente atraído por el vidrio, eso determinó que estuviéramos siempre conectados.

Es frágil, lo que me obligo a ser paciente, medido, cuidadoso, pero también puede ser de extrema dureza. Es contradictorio , puede ser transparente u opaco. Indefectiblemente es necesario conocerlo y eso se logra pausadamente, de lo contrario nada se puede pedir, solo descifrando sus secretos más profundos se logra que se transforme en un comunicador silencioso pero eficiente.

Mas de una vez pareciera que cobra vida, que me mira con ironía cuando se funde a su antojo sin tener en cuenta mis intentos y planificaciones, pero su sola imagen es poesía y está integrado a mi alma.

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